DEMOCRACIA: ILUSIÓN O RESIGNACIÓN

Jaime Mustafá
Resignación es la entrega voluntaria que uno hace de si poniéndose en las manos y voluntad de otro, es la conformidad y paciencia en las adversidades. En cambio una ilusión es una falsa percepción de un objetivo a causa de una errónea interpretación de las sensaciones, es así, como debemos preguntarnos: ¿la democracia en nuestros días, es una ilusión o una resignación?

La República Dominicana, se encuentra en un tiempo de cambios constantes y en su dimensión cambios convulsos que le provocan en su dinámica una estructuración en sus instituciones que no respondan a su verdadera génesis, toda vez que son el producto de coyunturas políticas en repuestas a demandas de grupos que en su momento levantan su voz y la repuesta es darle una muestra de algo para silenciarlos y tranquilizarlos.

Es así, como en repuestas a las comunidades demandantes surgen todo tipo de instituciones, que no dan la respuesta esperada y nos enfrentamos a estadísticas que resultan deprimentes al comparar como todo los males siguen en aumento y la democracia sigue tambaleándose porque las respuestas son únicamente el exclusivo propósito de querer silenciar a los que de alguna manera hacen sentir su voz y no se quiere sentir el rigor de su eco social.

“Nuestra democracia no es perfecta y es de iluso esperar que algún día llegue a serlo.” Pero tendrá que llegar el día que los verdaderos líderes sociales se puedan sentar en la mesa y dejar sentir su voz, sin que el fantasma de la corrupción sea la carta de presentación de todo el que deba hacer su aporte a un proyecto que tenga visión realmente de nación y de que la República dominicana y el fortalecimiento de la democracia sea el verdadero sentir de la velada.

Lo lamentable es que nuestra sociedad y las generaciones que nos sucederán estamos formándola en la indiferencia y del tal manera que todo se asume con resignación. Esta sociedad está inmersa en un sentimiento de tolerancia y en ocasiones de justificación en lo que respecta a la corrupción, dejando que entre de forma natural e inadvertida y que se haya absorbido como parte integrante de la misma sociedad que está llamada a combatirla y denunciarla. 

“Un gobierno democráticamente elegido es ya democrático para siempre. Esto, a mi juicio, no es correcto, puesto que no es suficiente la legitimación democrática originaria sino que tiene que confirmarse de manera permanente. Por muy puros que sean sus origines, un gobierno deja de ser democrático cuando no actúa de acuerdo con las reglas de este sistema (por ejemplo, corrompiéndose o tolerando una corrupción institucionalizada).” 

Es penoso decirlo pero el Poder que da el Estado actual manipula fácilmente la voluntad de los ciudadanos de forma que las prebendas y dádivas son las ofertas de los partidos para lograr el favor de legitimar su paso por la administración pública del Estado. Los tránsfugas en los partidos son hoy por hoy los mejores cotizados pues de su negocio político dependen los emolumentos que exhiben.

Pero llegara el día que el pueblo despierte y que no se deje engañar permanentemente, porque él sabe y ve quienes viven a su costa. Y llegara a la mesa cobrando la factura de esa casta que se proclama defensora de valores que argumentan con habilidad para demostrar que quien discute sus privilegios personales está atacando tales valores. Olvido que la democracia es la equidad y la justicia, no los privilegios y la sinrazón.

Dr.Jaime Mustafa Ventura
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